MAGNOLIO DE HOJA CADUCA EN FEBRERO A CONTRALUZ. IMAGEN: RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN
COBARDE PRESIDENTE: DEJAS
MATAR A MÁS DE CIEN MIL INOCENTES
(Poema dedicado
a los ciento ocho mil seiscientos
noventa niños y niñas no nacidos en 2013 por causa del aborto)
24
de febrero, martes, a las 8 de la noche, se agitan con el frío viento hiriente ciento ocho mil seiscientos
noventa pétalos rojos-lilas.
Sí
los del magnolio prematuro.
Símbolos
de aquellos niños excluidos; los que no entraron en el sorteo de la vida.
¡Eh! Cobarde presidente: ¿resucitas
a la banca y abandonas a los niños a la muerte?
Oigo
el llanto sordo de los no-nacidos, gargantas silenciadas por el crimen que 30
años ya la ley ampara.
Presidente:
prometiste protegerlos y tras tu victoria en las urnas, tarda que tarda, espera
que espera no sé qué cobarde balbuceo de consensos echó atrás la reforma que temiste: ¿miedo a perder votos?... ¿poco
convencido?...
¡Eh! Cobarde presidente:
¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?
Así
suena el estribillo de su coro. Hoy, 24 de febrero, el ritmo de una nueva
canción anuncia la esperada primavera.
Cuenta
atrás, veintitrés días, cuatro manos y tres dedos bastan para marcar los
precisos ritmos impacientes de alborada.
¡Eh! Cobarde presidente:
¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?
Ciento
ocho mil seiscientos noventa se unen a Beethoven en Novena Sinfonía que desde el Kursaal apoteósica resuena:
O
Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und
freudenvollere.
Freude!
Freude!
¡Oh
amigos, no en esos tonos!
entonemos
otras[canciones] más agradables
y
llenas de alegría
¡Alegría!
Alegría!
¡Abrazaos, Millones de seres!
¡Este beso para el Mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Habita un Padre Amante.
¿Os prosternáis, Millones de seres?
Mundo, ¿presientes al Creador?
¡Búscalo por encima de las Estrellas!
¡Allí debe estar su Morada!
Ciento
ocho mil seiscientos noventa escupidos por sus madres y padres, arrojados a los
cubos, son hoy de nuevo abrazados por los ángeles para recibir el beso eterno
del Padre Amante.
Él
les regala mucho más que poder, fama, y votos, Presidente. Más allá de las
estrellas, y banderas europeas, infinitas riquezas palidecen las finanzas, el Euribor y las
bolsas, la Moncloa tu miserable chabola
porque Gloria in Excelsis Deo es la Patria- el Palacio y Paraíso que los
inocentes merecen.
¡Eh! Cobarde presidente:
¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?
Secas hojas infecundas forman tarjetas opacas que el viento de un
nuevo himno arranca ya de las ramas.
¡La primavera a la vista
está de nuevo cantada! Ciento ocho mil seiscientas noventa voces a la
batalla convocan:
Alegres,
como vuelan Sus soles
A
través de la espléndida bóveda celeste,
Corred,
hermanos, seguid vuestra ruta,
Alegres,
como el héroe hacia la victoria.
Es la guerra de la vida por el amor protegida, pacífica
fuerte, mansa, tozuda en su rebrotar. Ya está en marcha. Sólo los dormidos o
sordos a su llamada quedarán en retaguardia abotargados errantes tristes,
chapoteando en su nada.
¡Eh! Cobarde presidente: ¿resucitas
a la banca y abandonas a los niños a la muerte?
¿Me entiendes? Estás a tiempo. ¿Escuchamos, de nuevo, la
Novena Sinfonía?:
¡Oh amigos, no en esos tonos!
entonemos otras[canciones] más agradables
y llenas de alegría
¡Alegría! Alegría!
NOTA:
Pero atento, no te engañes: este himno, sólo suena si ninguna voz se excluye de
su coro.
Rafael Hernández Urigüen, San
Sebastián-Donostia, 24 de febrero de 2015
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