jueves, 26 de febrero de 2015

POEMA 24 DE FEBRERO: "COBARDE PRESIDENTE: DEJAS MATAR A MÁS DE CIEN MIL INOCENTES"


MAGNOLIO DE HOJA CADUCA EN FEBRERO DESHOJADO POR EL VIENTO. IMAGEN: RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN
MAGNOLIO DE HOJA CADUCA EN FEBRERO A CONTRALUZ. IMAGEN: RAFAEL HERNÁNDEZ URIGÜEN


COBARDE PRESIDENTE: DEJAS MATAR A MÁS DE CIEN MIL INOCENTES
(Poema dedicado a los ciento ocho mil seiscientos noventa niños y niñas no nacidos en 2013 por causa del aborto)


24 de febrero, martes, a las 8 de la noche, se agitan con el  frío viento hiriente ciento ocho mil seiscientos noventa  pétalos rojos-lilas.
Sí los  del magnolio  prematuro.
Símbolos de aquellos niños  excluidos;   los que  no entraron en el sorteo de la vida.

¡Eh! Cobarde presidente: ¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?

Oigo el llanto  sordo de los no-nacidos,  gargantas silenciadas por el crimen que 30 años ya  la  ley ampara.
Presidente: prometiste protegerlos y tras tu victoria en las urnas, tarda que tarda, espera que espera no sé qué cobarde balbuceo de consensos echó atrás  la reforma que  temiste: ¿miedo a perder votos?... ¿poco convencido?...

¡Eh! Cobarde presidente: ¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?

Así suena el estribillo de  su coro.  Hoy, 24 de febrero, el ritmo de una nueva canción anuncia la esperada primavera.
Cuenta atrás, veintitrés días, cuatro manos y tres dedos bastan para marcar los precisos  ritmos impacientes de alborada.


¡Eh! Cobarde presidente: ¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?

Ciento ocho mil seiscientos noventa se unen a Beethoven en Novena Sinfonía que  desde el Kursaal apoteósica resuena:

O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude!

¡Oh amigos, no en esos tonos!
entonemos otras[canciones] más agradables
y llenas de alegría
¡Alegría! Alegría!
¡Abrazaos, Millones de seres!
¡Este beso para el Mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Habita un Padre Amante.
¿Os prosternáis, Millones de seres?
Mundo, ¿presientes al Creador?
¡Búscalo por encima de las Estrellas!
¡Allí debe estar su Morada!

Ciento ocho mil seiscientos noventa  escupidos  por sus madres y padres, arrojados a los cubos, son hoy de nuevo abrazados por los ángeles para recibir el beso eterno del Padre Amante.

Él les regala mucho más que poder, fama, y votos, Presidente. Más allá de las estrellas, y banderas europeas, infinitas riquezas palidecen las finanzas, el Euribor y las bolsas, la Moncloa tu miserable chabola porque  Gloria in Excelsis Deo es la Patria- el Palacio y Paraíso que los inocentes merecen.


¡Eh! Cobarde presidente: ¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?

Secas  hojas infecundas  forman tarjetas opacas que el viento de un nuevo himno arranca ya de las ramas.

¡La primavera a la vista está de nuevo cantada! Ciento ocho mil seiscientas noventa voces  a la batalla convocan:

Alegres, como vuelan Sus soles
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta,
Alegres, como el héroe hacia la victoria.

Es la guerra  de la vida por el amor protegida, pacífica fuerte, mansa, tozuda en su rebrotar. Ya está en marcha. Sólo los dormidos o sordos a su llamada quedarán en retaguardia abotargados errantes tristes, chapoteando en su nada.

¡Eh! Cobarde presidente: ¿resucitas a la banca y abandonas a los niños a la muerte?

¿Me entiendes?  Estás a tiempo. ¿Escuchamos, de nuevo, la Novena Sinfonía?:

¡Oh amigos, no en esos tonos!
entonemos otras[canciones] más agradables
y llenas de alegría
¡Alegría! Alegría!

NOTA: Pero atento, no te engañes: este himno, sólo suena si ninguna voz se excluye de su coro.

Rafael Hernández Urigüen, San Sebastián-Donostia, 24 de febrero de 2015